Los pies firmes retumbaban a la distancia. Un aljaba, pletórico de flechas, a la espalda de aquel rostro de rasgos profundos, cejas pobladas y un rasguño cerca del ojo derecho. Los brazos brillaban broncíneos. Al llegar al emplazamiento volvió a consultar su información. Repitió tratándo de convencerse a sí mismo.
- Forma de buey pero suceptible de transformarse en becerro y león. Habita las montañas y zigurats. Tiene el poder de controlar el trueno y el agua.
Nimrod afilaba la punta de una de sus flechas de caza.
- Esta parece una presa complicada, no debo cometer errores o puede ser fatal. ¡Debo atraparlo!
Mientras tanto, Jehová corría entre las montañas del Líbano en dirección a la región de Babel. No contaban con otro poder suyo, la confusión mental. Si lograba detener la obra arquitectónica que se realizaba ahí, seguramente lograría quitarse a Nimrod de encima.
Nadie volvería a acordarse de su nombre ni lo volvería a pronunciar, se haría pasar por el Creador de todo y su vida no volvería a estar en riesgo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario